Dale campeón… dale campeón… ese fue el cántico que entonó el seleccionado argentino, luego de coronarse en el mundialito Sub-20, celebrado en nuestro país, donde cuatro equipos juveniles mostraron cómo va su preparación de cara al Mundial de Holanda 2005.
Pero, ¿Qué nos dejó este mundialito? Una enorme confusión. Panamá no era ni la sombra de lo que vimos en la eliminatoria realizada en Costa Rica, donde un equipo se paró con fuerza, con coraje y garra, no sólo a anotar, sino a defender su cabaña, llegando a ser segundos por diferencia de goles, invictos y, hasta ese último partido, sin tantos en contra.
Es cierto que la ausencia de importantes fichas en la formación del equipo se hizo sentir; como Luis Gallardo, quien desestabiliza y crea en el medio campo, y Armando Gun, quien con liderazgo es el encargado de la defensa.
Pero también hay que analizar que a casi un mes de la cita mundialista, no puede ser que estos jugadores, aunque claves, sean nuestra única carta segura para enfrentar los mayores retos que les esperan frente a los equipos de Ucrania, Turquía y China.
Los compromisos que adquieren los futbolistas o las lesiones a las que están expuestos a diario, es un claro ejemplo, y si sólo pensamos que éstos dos jóvenes, pueden resolver los problemas de orden táctico que está pasando la selección, estarán más que perdidos.
Es buen momento para aprender de los errores cometidos en estos encuentros en Chile y en Panamá. Los planteamientos del cuerpo técnico, que se hacen para ir probando opciones, serán suficientes para saber que por allí no es el camino, pues se vio un equipo perdido en el campo y sería injusto pensar que no tienen el talento, la preparación y la fortaleza necesaria.
Los resultados no son acordes con lo que se vio en el campo. Colombia fue la mejor selección, vino a este mundialito a presentar un fútbol sin reservas, como si estuviera jugando en Holanda. Sus jugadores, en especial su máxima figura, Rodallega, dieron la tónica de emoción que espera ver un fanático que paga por un espectáculo.
Argentina, aunque es el actual Sub - campeón del mundial de esta categoría, vino con un "segundo cuadro". Logró ganar el torneo, pero se vio en desventaja frente a una Colombia que dominó casi todo el encuentro entre ambos. Los albicelestes no lograron ver goles ni en ese partido, ni contra Marruecos, que a mis ojos, y los de muchos fanáticos, de leones quedaron como gatitos.
Cada técnico y jugador habrá sacado los beneficios en estos compromisos de preparación. Sabemos que el equipo puede dar más, pero que también necesita apoyo, el que se merece un jugador de selección nacional.
No niego que por un momento soñé que quienes coreaban ¡dale campeón, dale campeón! Era el equipo panameño, y aunque nada es imposible, ese debe ser su norte, mejorar y querer ser campeones. Con mucha determinación y lucha, acortarán el camino que falta por recorrer para lograrlo algún día. Ahora ánimos y a trabajar!!!