Todos los que pasaron el domingo muy temprano por una de las calles principales de Cerro Punta, que lleva hacia la iglesia católica, observaron como de costumbre a varios indígenas tirados en las orillas de las calles producto de la intoxicación que producen las bebidas alcohólicas en exceso.
Pero nadie se imaginó que de los cuatro cuerpos que dormían al lado de una farmacia, muy cerca del Centro de Salud de esta comunidad cabecera de las tierras altas, uno lo hacía de forma eterna porque había fallecido, quizás desde hacía varias horas y en situaciones que podrían entrar dentro del delito de homicidio.
El descubrimiento del muerto se registró a eso de las 10: 00 a.m., cuando el puesto policial del lugar recibió una llamaba que indicaba el fatal encuentro de lo que todos equivocadamente se imaginaban que era otro trabajador dormido por la borrachera del fin de semana.
Según testigos, al indígena-que vestía un pantalón verde y suéter color azul- se le encontró un fuerte golpe en la cabeza que parecía de objeto contundente.
Los vecinos al sitio donde se encontró el cuerpo, dijeron que como todos los fines de semana, escucharon mucha algarabía y escándalos por parte de muchos indígenas que religiosamente terminados los días laborables, se dedican a la ingesta de licor que casi siempre culmina en sangrientas riñas.