Según el PNUMA, el exceso de algunos nutrientes debido a actividades humanas, especialmente nitrógeno, está estimulando el crecimiento de algas y creando zonas muertas. Desde los años 1960, la cantidad de áreas marinas con insuficiente oxígeno se ha duplicado cada decenio. Actualmente, existen aproximadamente 150 áreas de este tipo, lo que implicaría un impacto negativo mayor que el de la sobre explotación de las reservas de peces.
Cada año se emplean 120 millones de toneladas de nitrógeno como fertilizante. Pero sólo 20 millones se mantienen en los alimentos que son consumimos y el resto va a a los ríos y mares. Hecho que agrava esta situación.