La catedral de San Salvador sigue ocupada por un grupo de encapuchados que piden al Gobierno no privatizar la salud, mientras la policía detuvo a 36 sindicalistas por participar en los disturbios ocurridos en el área.
El director de la Policía Nacional Civil (PNC), Ricardo Menesses, declaró que no se puede desalojar el templo sin autorización de las autoridades eclesiásticas, pero advirtió que no tolerará "más actos de terrorismo".