Aunque la dictadura militar es cosa del pasado, los abusos policiales siguen vigente.
Ahora las víctimas son las propias unidades de la zona policial de San Miguel, a quienes se les obliga a entregar una copia de su talonario a un mayor de nombre Pastor Ramos, quien tiene pocos días de haber llegado a la zona policial, según una queja dada a conocer a este diario.
Según la fuente, el mayor les exige a sus unidades entrar a laborar dos horas antes del horario para realizar operaciones profilaxis en el barrio y antes de salir los pone hacer ejercicios.
En la sub estación no hay cuartos de baño para asearse luego de las físicas.
También añade el quejoso que el oficial le encanta tener la celda llena de orates y ancianos. Además trata mal a sus unidades en vez de ganarse el respeto.
Añadió que antes de la llegada del mayor, en la zona se trabajaba sin presión ni temor a expresar cualquier sugerencia.
También se conoció que si el sanitario está sucio todo el grupo de turno tiene que pagar con horas extras.