El estado de Georgia, en Estados Unidos, aprobó una ley que impide que los inmigrantes indocumentados reciban beneficios estatales.
Cuando la norma se haga efectiva, el próximo año, los empleadores que contraten trabajadores ilegales serán sancionados.
Por otro lado, la policía tendrá que investigar obligatoriamente el estatus legal de cada detenido.
El gobernador republicano Sonny Perdue, quien firmó la ley, dijo que no se trata de una ley anti-inmigrantes.
Los detractores califican la medida como una de las más duras aprobadas en Estados Unidos.
La nueva ley fue aprobada en momentos en que el gobierno federal y los estados discuten cómo regular la situación de alrededor de 11 millones de indocumentados -la mayoría hispanoamericanos- que viven en ese país.
La ley, que entrará en vigor en julio de 2007, también contempla penas de cárcel para los que realicen actividades ligadas al tráfico humano y limitará los servicios que las empresas comerciales pueden entregar a los inmigrantes ilegales. "Es una ley punitiva", dijo Sara González.