La resucitada guerra de guerrillas que lanzan los grupos integristas islámicos en Irak, nos hacen recodar las imágenes de los combates de Saigón, cuando las tropas norteamericanas se debatían para salir de Vietnam en 1975.
Esta vez, la conflagración ocurre en las calles desérticas de Nayaf y Faluja, que se han convertido en cementerio para cientos decenas de jóvenes combatientes estadounidenses. Y por supuesto, la sangre de los gringos caídos llegó a tocar en el alma y corazón de cada norteamericano que presencia en la televisión y la prensa escrita este nuevo conflicto del Medio Oriente.
El estancamiento militar y diplomático en que se encuentran los Estados Unidos en Irak han provocado una oleada de criticas contra el presidente norteamericano George W. Bush.
Bush, cuyo destino esta marcado por el desastre y la tragedia del 11 de septiembre, tiene su puesto en juego debido a la existencia de un memorándum que semanas antes del atentado a las Torres Gemelas y al Pentágono, advertía sobre el peligro de una acción terrorista en el propio territorio de la mayor potencia del mundo.
Hoy ese tema y la guerra en Irak hacen levantar un pronóstico de derrota inevitable para Bush. "Esta es su guerra, es el Vietnam de Bush", argumentó Edward Kennedy, el senador demócrata que por su clara experiencia ya declara que John Kerry y las fuerzas liberales asumirán el poder el próximo 2 de noviembre del presente año en Washington.
Sin embargo, habrá que esperar aunque Kerry se perfila como favorito, los mandatarios norteamericanos siempre hacen alguna jugada espectacular, que le pueda hacer recuperar el apoyo del electorado.