En la antiguedad a los poetas, emperadores y generales victoriosos, se les coronaba con guirnaldas confeccionadas con hojas de laurel. Si después de haber conseguido el triunfo y el reconocimiento general con la corona de laurel, la persona dejaba de trabajar y esforzarse, se decía que se dormía en los laureles.
Muchas personas en todos los campos, sobre todo en lo laboral, se duermen en los laureles y le sucede lo de los poetas y generales del pasado.
Pareciera un mal generalizado de los panameños. Todos comienzan con mucho ímpetus cuando logran una plaza en una empresa. Llegan temprano, cumplen sus labores de manera eficiente y tienen iniciativa. Pasado algunos meses, ese trabajador ejemplar se transforma. Se presenta a la hora que le sale del forro, hay que llamarle la atención para que cumpla sus deberes y el trabajo es de mala calidad.
¿Porqué las personas se duermen en sus laureles?.- Sencillo: se los traga el sistema, se acostumbran a lo fácil y tienen pereza mental. Gran parte de las tareas que se realizan en el campo laboral consisten en poner a funcionar el cerebro, pero hay gente que se acostumbra a la misma rutina y ya la cabeza no les da para más.
Frente a esa situación, no hay más remedio que hacer un intento por sacudir a esos trabajadores, para no llegar a medidas extremas.
Desde el obrero más humilde hasta el más grande directivo de una empresa u organización, debe entender que no puede dormirse en sus laureles. En un mundo competitivo hay miles de personas que esperan con ansias tu empleo y a veces están dispuestos a cumplir esa labor, por un salario menor.
¿Qué se hace para no dormirse en los laureles'?. Puedes empezar por mejorar cada día. Lo que cuenta en estos días es gente productiva y con una labor de calidad. Recuerda, ambos elementos van casados.