Una docena de policías iraquíes murieron por el estallido de una bomba en la ciudad petrolera de Kirkuk, en el norte del país, explosión que coincidió con una nueva oleada de ataques de la insurgencia en Bagdad.
Con las nuevas víctimas son ya más de cuarenta los policías, civiles y presuntos insurgentes iraquíes que perdieron la vida en ataques y enfrentamientos en diferentes ciudades de Irak durante las últimas 48 horas en el convulcionado país árabe.