El Ejecutivo designó a los dos funcionarios que ejercerán en el futuro las labores que desarrollaban los directores del Ente Regulador de los Servicios Públicos y la Comisión de Libre Competencia y Asuntos del Consumidor.
A simple vista parece una labor titánica que un solo funcionario asuma las labores que ejecutaban tres, sobre todo en lo que corresponde al antiguo Ente Regulador, que debe abordar aspectos relativos al mercado de las telecomunicaciones, electricidad y el servicio de agua potable.
Sin embargo, existe una realidad. El problema a veces no está en las instituciones sino en los hombres. El Ente Regulador permitió una serie de distorsiones en el mercado de electricidad en perjuicio de los usuarios y sólo fueron abordados, cuando la población levantó su voz de protesta.
En cuanto a la antigua Comisión de Libre Competencia y Asuntos del Consumidor, si bien es cierto se desarrollaron algunas acciones legales contra empresas que acordaban secretamente los precios de los productos, al final poco fue lo que se avanzó debido a la burocracia propia de los tribunales que deben dilucidar esos procesos.
La población espera que los nuevos encargados asuman de manera eficiente sus labores y que no se conviertan en defensores de los empresarios, sino que actúen de manera justa y sin favoritismo.