Los huelguistas destituidos mediante la Ley 25, Raúl Murrieta y Mirisina Ubillus, completaron ayer su séptimo día de ayuno y según las evaluaciones médicas presentan deterioro en su salud por la deshidratación. La medida asumida por los huelguistas es para que se cumpla con la sentencia del 2 de febrero de 2001 dictada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Murrieta, de 62 años, y Ubillus, de 48 años, permanecen acostados y encadenados a dos camas colocadas en el gazebo del parque Catedral, próximo a la Presidencia de la República, en protesta a la falta de respuesta del Gobierno del pago de salarios caídos a 270 funcionarios del IRHE destituidos en 1991.
Tanto Murrieta como Ubillus informaron que continuarán en su huelga de hambre hasta que obtengan una repuesta satisfactoria a sus demandas. "No vamos en ingerir un solo bocado sin que antes las autoridades y el gobierno del presidente Martín Torrijos, resuelva nuestra situación", advirtió Murrieta.
El defensor del pueblo Liborio García, acudió al sitio en donde permanecen los huelguistas y mostró preocupación por la situación de salud de Ubillus y Murrieta, quienes se encuentran en huelga de hambre apoyados por otros compañeros destituidos mediante la Ley 25.
El dirigente y vocero de los huelguistas, Manrique Mejía, aseguró que el gobierno les anunció el pasado 28 de marzo que solo les adeudaba 5.6 millones de dólares, cifra que no están de acuerdo porque sus cálculos reflejan que se les debe más de 40 millones de dólares en concepto de salarios caídos.
Mejía también señaló que el gobierno debe explicarle de donde salió la suma de 5.6 millones de dólares.