La Semana Mayor inició ayer con la conmemoración del Domingo de Ramos en le feligresía católica panameña y el mundo cristiano. Hoy es el primer día laboral de la semana y es el momento oportuno para desempolvar las Sagradas Escrituras para compartir en familia el mensaje de Jesucristo.
El panameño toma muy en serio la tradición religiosa de respetar al pie de la letra los consejos que promueven en las parroquias.
La mayoría de los ciudadanos, aunque se va al interior a pasarla en familia y recordar la vida, pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo, muchos son también los que aprovechan el momento para libar licor y desviarse totalmente del mundo espiritual.
Es una semana irregular. Primero porque en muchas empresas han desarrollado planes para permitir que sus empleados laboren hasta el día miércoles y segundo porque esta quincena en el sector privado desembolsan el Décimo XIII Mes, lo cual garantiza mucho movimiento de circulante en los distintos puntos del país.
Aunque se haya conocido tradicionalmente como la Semana Mayor, es saludable que los panameños transformen sus vidas y le den el mismo tamaño a los demás días porque Dios reclama de cada uno de nosotros una verdadera conversión.
El panameño y los demás ciudadanos del mundo deben tener claro que la muerte de Jesús no fue en vano. El se puso en el lugar de cada pecador y dio su vida por el mundo. Lo único que hay que hacer es recibirlo en oración para tener una mejor comunión que nos lleve a la vida eterna, una vida eterna que comienza terrenalmente, donde aprendemos a ser cada día mejores padres, hijos y mejores ciudadanos.