CRITICA EN LINEA 

 

S E C C I O N E S

EPASA EN LINEA

PANAMA AMERICA

DIAaDIA EN LINEA

REVISTA SIETE!


primera plana

portada

al cierre

nacional

opinión

economía

el pueblo habla

comunidad

provincias

sport

el mundo

viva

sucesos

 


CUARTILLAS
  OPINIÓN


Imprudentes

Por: Milcíades Ortíz | Catedrático

Cada cierto tiempo el colega profesor me mira y señala muy serio: "Milcíades, estás engordando". Yo tuerzo la boca y hago tremendo esfuerzo para no gritarle: "¿y a ti qué diablos te importa si estoy gordo o flaco?".

Pero la armonía que debe existir entre profesores universitarios triunfa. Le hago un comentario sin importancia y me retiro.

Jamás en mi vida se me ha ocurrido decirle a ese colega que está tan gordo como un barril (mucho más que yo).

Es que a mí no me interesa hacer comentarios que pueden herir a otra persona. Además, comprendo que la figura es cuestión suya y no mía. Y menos tengo derecho a criticarlo.

Recuerdo que cuando hice una exitosa dieta esa misma persona me señaló que me veía "demacrado".

"¿Estás enfermo?", me preguntó con voz compungida. Al hablarle de la dieta se calmó. Por supuesto que fui incapaz de decirle que debía seguir esa dieta para rebajar su barrigón.

Me tocó ver una vez en un cuarto del Hospital del Seguro Social algo espeluznante.

Un enfermo grave estaba rodeado de amigos y familiares. Y un conocido se puso a hablar de otros casos con el mismo mal... y que todos habían muerto pronto.

Tuve que sacar del cuarto a esa persona e indicarle que era de mal gusto hablar esas cosas frente al enfermo que escuchaba.

Y aunque Ud. no lo crea no fue fácil convencerlo de su desatino. Es que el panameño no le gusta que le señalen fallas de su conducta, aunque estén ante sus ojos.

En el verano los profesores tomamos un seminario para "actualizarnos".

Rodeado de ex alumnos ahora convertidos en flamantes profesores (colegas) sufrí una mala experiencia por culpa de un imprudente.

Comentó que los profesores "especiales" (sin concurso ganado), no podían ascender "porque los profesores viejos no se mueren".

Haciendo de "tripas corazón" como dicen en El Chorrillo, le indiqué que si me moría, él no se quedaría con mi cátedra (y mi sueldo).

"Esta cátedra iría a un "bolsón" de la Universidad, donde seguramente se la darían a otro", afirmé tranquilamente.

Para nada me agradó que colegas estuvieran deseando mi muerte para poder ascender en la Universidad.

Ahora con eso que al cumplir setenta y cinco años sacan a los profesores de la "U", varios imprudentes me han preguntado mi edad.

Cuando les digo que me faltan diez años, noto desilusión en sus rostros. También andan detrás de mi cátedra ganada en un concurso limpio, por mis créditos y trabajos.

¿Cuántas veces usted lector no ha sido imprudente en su vida? ¡Después no se queje que muchos no lo quieran ver ni en pintura!



OTROS TITULARES

Obispos de Panamá

Sin embargo, creo más en otras cosas que en la Biblia

¿Qué significa Cristo?

Imprudentes

Momento oportuno y lugar preciso

Semana Mayor

 


 

  

 

linea
linea gris
 

   Copyright © 1995-2006, Crítica en Línea-EPASA 
Todos los Derechos Reservados