El 7 de abril de 1963, Yugoslavia es rebautizada como la República Federal Socialista de Yugoslavia, y el jefe de gobierno Josip Broz Tito es nombrado Presidente de por vida. Esta reforma yugoslava tuvo ingredientes poco comunes para el marxismo de la época como el fomento a la empresa privada y una relajación en las restricciones a las libertades de expresión y de religión.