Un fuerte sismo en el centro montañoso de Italia derrumbó ayer manzanas enteras de edificios mientras los residentes dormían, lo que causó la muerte de al menos 150 personas, siendo el terremoto más letal en casi tres décadas. Decenas de miles de personas quedaron sin vivienda y cerca de 1,500 sufrieron heridas.
Pueblos enteros han quedado destruidos casi por completo, según relatan testigos del terremoto de 5,8 grados en la escala de Richter que sacudió al país.
El Centro Geológico de Estados Unidos dijo que el sismo tuvo una magnitud de 6,3, aunque el Instituto Nacional de Geofísica de Italia estimó en 5,8 la fuerza.
Aproximadamente de 10,000 a 15,000 edificios fueron dañados o destruidos, dijeron funcionarios. El alcalde de L'Aquila, Massimo Cialente, dijo que cerca de 100,000 personas quedaron sin vivienda.
Las autoridades anticiparon un posible aumento de la cifra fatal conforme las cuadrillas de rescate se abran paso entre los escombros. Los bomberos, apoyados con perros, buscaban a personas entre inmuebles derrumbados.
"Es la peor tragedia desde que comenzó el milenio", dijo Guido Bertolaso, el jefe del Departamento de Protección Civil.
La lluvia dificultaba los trabajos de rescate en la ciudad italiana de L'Aquila para encontrar posibles supervivientes.
A pesar del mal tiempo, los servicios de emergencia proseguían con sus labores, en el casco histórico de la ciudad, toda vez que ya se han habilitado tiendas de campaña en distintos centros deportivos que sirven de resguardo para los evacuados.
DAÑOS
Numerosas obras de arte han sido dañadas entre las que se encuentran incluso las Termas de Caracalla, en Roma, por lo que el Ministerio de Cultura italiano piensa nombrar un comisario para las zonas afectadas.
Sin embargo, el Coliseo, el Palatino y el Foro Romano no han sufrido daños.