Los panameños no se recuperan del anuncio del incremento del 9.4 por ciento en la tarifa de la energía eléctrica, cuando se debe preparar para enfrentar un alza en los precios del galón del diesel y la gasolina.
Ya desde hace meses, los consumidores panameños deben enfrentarse a los consecutivos incrementos del combustible. Las excusas para el aumento del barril de petróleo son diversas, según sea la ocasión. Cuando no son los huracanes que destruyen las plataformas de las transnacionales petroleras, es el verano en Estados Unidos que dispara la demanda de combustible y por ende se producen las alzas en el resto de las naciones.
Por ahora no hay alternativas para los panameños. Todavía son puro planes los proyectos para establecer un moderno sistema de transporte público masivo, que permita que muchos automovilistas puedan dejar sus autos en casa y movilizase ida y vuelta hacia sus trabajos, sin mayores inconvenientes.
Sin duda que el alza en la tarifa de electricidad y el combustible provocará un efecto de cascada y dentro de poco veremos un alza en los diversos productos que conforman la canasta básica de alimentos de los panameños.
Ya los panameños debemos acostumbrarnos a que los índices de inflación que eran casi inexistentes en el país, ahora empezarán a dispararse.