Hay padres panameños que no orientan a sus hijas y cuando estas salen con una barriga, vienea largarla de sus casas. ¡Lárgate de aquí...no te queremos!, así las marchan, pero nunca se tomaron la tarea de decir qué es bueno o qué es malo.
Si usted es de esos, de cambiar. Es importante que le señale a su hija en que momento su novio está actuando incorrectamente. Si él la trata de una forma posesiva, dígale a su hija que usted no aceptaría vivir así. Todo esto podrá hacer que vaya tomando conciencia de la situación. Lo importante, será disuadirlas antes que prohibirles, pues prohibiéndole ver a la pareja solo podría estimular más su adolescente y rebelde alma.
En este sentido, lo ideal sería que se tome las cosas con calma y tiempo, o trate de implicar más al novio en las actividades de la familia, para controlar mejor la relación y posiblemente lograr con él una comprensión mutua.
Sepa que imponer el hecho de que cese la relación sólo causará resistencia y falta de comunicación. Por otro lado, sería peligroso e irresponsable permitir que una niña se defienda por sí misma, siendo tan inexperta en las relaciones. Por eso, el mejor primer paso hacia una solución, deberá ser, como señalamos, implicar a ambas partes en la comunicación, persuadiéndolos pero también aconsejándoles.
Pregúntele a su hija qué es lo que sinceramente quiere ella para su vida, sus metas, etc. Puede parecer una cosa muy difícil de hacer, pero ella apreciará y necesitará de su cuidado, y su amor propio será mejor si se le respetan las propias elecciones, que no obstante deben ser guiadas.
Se debe tener también en cuenta que las chicas que se desarrollan más temprano, tienen mayores probabilidades de mantener una vida sexual más temprana, por lo que es necesario tener un cierto control sobre ellas, pero aceptando que sus sentimientos son muy normales