La posibilidad de jugar con un solo punta o, por el contrario, con dos delanteros netos es la única duda en el Milán para recibir, en la ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones, a un Bayern de Múnich con ganas de vengarse de su eliminación la pasada campaña a manos del equipo italiano.
El partido estrella de los cuartos se jugará el martes en el Giuseppe Meazza, estadio de agridulces recuerdos para el Bayern, pues le suele ir mal con el Milán, pero ahí ganó su última Liga de Campeones (al Valencia) y en su última visita derrotó esta campaña al Inter.
Ahora el Bayern visita a un Milán que le eliminó la pasada campaña, pero que está en peor momento que entonces y tiene en la Liga de Campeones la tabla de salvación para una temporada nefasta en el campeonato local, en el que corre el riesgo de no entrar por puestos en la próxima máxima competición continental.
Para tan importante encuentro, el técnico Carlo Ancelotti se debate entre poner uno o dos puntas netos, es decir, Gilardino solo, reforzando el centro del campo, o Gilardino-Filippo Inzaghi.