Luego del hallazgo de los cadáveres de Eduardo Aizprúa Vargas y Alejandro Chanis, de 21 y 24 años, respectivamente, con heridas de bala de escopeta en la parte superior de sus cuerpos, dentro de las instalaciones del Instituto Panameño de Habilitación Especial, de David, el 1 de marzo, aún el misterio no ha sido resuelto.
Se trataba de dos jóvenes universitarios que estudiaban juntos y uno de ellos (Alejandro Chanis) laboraba en el IPHE como celador durante las madrugadas; era cristiano, con esposa y dos hijos.
Inicialmente se manejó la tesis de homicidio y suicidio producido por el celador, puesto que, el primer cuerpo se encontró cerca de la puerta de la institución, mientras que el segundo que portaba la escopeta, estaba a pocos metros a la derecha del primero en un pasillo del centro educativo.
El fiscal segundo Superior del Ministerio Público, Guillermo Villalobos, indicó que hasta el momento no se puede dar versión de ninguna de esas conductas, sin embargo, las investigaciones siguen su curso.