Con mucha tristeza hemos regresado a nuestro país, después de permanecer por dos días en la ciudad de La Habana, Cuba y asistir al Congreso de la Confederación Panamericana de Béisbol. Al salir de Panamá hacia La Habana, íbamos con la esperanza, el sueño y el convencimiento que existía un buen ambiente para tratar de arreglar las lagunas y los defectos existentes en los estatutos de la organización.
Pensaba que estaban los dirigentes de los diferentes países dispuestos a aportar y apoyar propuestas coherentes para el mejor desarrollo de la confederación y por ende del béisbol de nuestro continente. Muy poco me duró esa ilusión, llegué a Cuba y desperté en medio de un grupo de "dirigentes" que lejos de pensar en el beneficio y desarrollo del béisbol en nuestro Continente, estaban ahí para salvaguardar sus intereses personales con el fin de perpetuarse en la dirigencia deportiva, por medios de tecnicismos legales plasmados en los estatutos que le permitan ese fin.
"Dirigentes" que en algunos casos han sido desplazados de sus federaciones nacionales y siguen, sin representar a su país, inmoralmente manteniéndose en el Comité Ejecutivo de nuestra confederación. En este congreso que fue citado para la reforma de los estatutos, después de varios años de espera, sorpresiva e inexplicablemente el Comité de Revisión de los Estatutos que fue nombrado por el Comité Ejecutivo de COPABE, y presidido por el señor Israel Roldán de Puerto Rico, sólo presenta reformas de tipo administrativas, que aseguran la perpetuidad inmoral de los actuales "dirigentes". En este proyecto de reformas no se presentaron propuestas que puedan ayudar, organizar o desarrollar nuestro deporte en el Continente, no se presentaron cambios verdaderamente representativos que ameritaran y aliviaran el dolor causado por la espera de años, por cambios verdaderamente radicales, revolucionarios e importantes para nuestro béisbol. Por el contrario los cambios presentados por la elite del poder y aprobados por una aplanadora manejada, sólo reflejan el sentimiento egoísta de personas que únicamente quieren perpetuarse para servirse del béisbol.
Cuando nos atrevimos a presentar propuestas serias y coherentes, fuimos atacados por una maquinaria de choque encabezada por compañeros de Puerto Rico y República Dominicana al servicio de la corrupción. De igual manera me permito hacer un comentario sobre la posición adoptada por el país anfitrión quienes en sus discursos trasnochados hablaron de su intención de mantener la unidad de los países del Continente, mientras que con sus votos nos daban un mensaje muy diferente, apoyando una posición que sólo garantiza y perpetúa a unos pocos en perjuicio de los países miembros.
No se puede hablar de unidad cuando se ignoran y lastiman con su apoyo los legítimos derechos de los países. Lamentamos que el doble discurso haya fluido precisamente de personas por quienes teníamos admiración, sin embargo con sus hechos nos demostraron otra cosa y permitieron, patrocinaron y apoyaron con su silencio cómplice, la creación de un "imperio" a perpetuidad de algunos "dirigentes" de COPABE en un territorio supuestamente antiimperialista.
Por otra parte, en este mismo escenario se sintió la "penetración" constante y permanente del "célebre" presidente de la Federación Internacional señor Aldo Notari. Este personaje estuvo durante los dos días influenciando sobre las decisiones ahí a tomarse. Estuvo supervisando la labor de sus "discípulos" y asesorándolos a fin de lograr el fin con que fue citado este congreso; perpetuarse y ratificar el apoyo de América, para reelegirse en la Federación Internacional, sin importar que no lleve la representación ni siquiera de su país (dentro de algún tiempo ningún "dirigente" de estas organizaciones, lo van a ser en sus países). A este señor Notari a quien sólo le interesa mantenerse inmoralmente dentro de la dirigencia de la IBAF, yo le he de ver en el momento en que el Comité Olímpico Internacional, (ni Dios lo quiera), elimine al béisbol de los juegos Olímpicos.
Estoy seguro que en ese momento se acabarían las disputas por la alta dirigencia, ya que lo único que les interesa es gastarse el dinero que aporta el Comité Olímpico entre unos cuantos y no les importa el desarrollo real y efectivo del béisbol.
Realmente estoy triste, cabalgué durante dos días como lo hizo Don Quijote contra los molinos de vientos y regresé vencido momentáneamente por la intriga, la conspiración, la ambición y la complicidad de algunos que en este momento no pusieron las luces largas y sin pensar que lo que le pasó a nuestro país en este congreso, muy pronto les puede pasar a ellos.
Estoy muy contento de haber regresado a Panamá a incorporarme a mis tareas y con amor y dedicación hacer lo que sé hacer, trabajar por el bienestar y el desarrollo de nuestro béisbol.
Nota: El autor es diputado y presidente de la Federación Panameña de Béisbol