Pocos días en el año se nos presentan tan propicios para reflexionar sobre nuestra relación con Dios, como durante la Semana Santa. Si se va de paseo con la familia al interior del país, no deje de visitar el templo católico más cercano.
El Viernes Santo se debe asistir a los Via Crucis y reflexionar, junto a la cruz de Cristo, cuantos clavos le hemos incrustado, las veces que hemos pecado y se nos ha olvidad que él murió para nuestra salvación.
El Domingo de Resurección es el día más importante para todos los cristianos, ya que Cristo nos abre la puerta de la vida eterna.