Un sujeto, quien aprovechó la complicidad de la noche para introducirse a una residencia y hurtar aguacates, fue capturado por los moradores y casi lo linchan.
El suceso- que no es nuevo en el país- se dio la noche del pasado sábado en una comunidad apartada en Tocumen.
Según contó la familia afectada, ellos se encontraban participando de un convivio en la iglesia evangélica ubicada en los alrededores de la casa, cuando se consumó el delito.
Pero un vecino que logró ver al ladrón pudo describir el perfil del delincuente a los afectados cuando volvieron a su hogar.
Enfadados por el hurto, la burla y la sinvergüenzura, la familia decidió tomar la justicia por su cuenta y capturó al supuesto culpable, a quien dieron una tremenda paliza.
Primero lo ataron de pies y manos; una vez inofensivo, le dieron correazos; luego lo desataron y lo dejaron partir.
Según la fuente, eso le hicieron para que aprenda buenos modales.