He dicho que muchas veces que está "prohibido olvidar" los crímenes y desmanes que hizo la dictadura militar durante veintiún años.
Es que no se debe "cubrir con un velo" este pasado de abusos y violaciones a los derechos humanos.
Y como ha sucedido en Europa y Sur América, la mejor medicina es esclarecer lo ocurrido. Hay que saber la verdad de muertes y torturas que sufrieron algunas personas cuyo único delito fue oponerse a la dictadura militar.
En Panamá existen expedientes de más de cien desaparecidos. La mayoría de ellos ocurrió durante el régimen del dictador Omar Torrijos (padre del Mandatario).
Con esta realidad, dudo mucho que la actual administración tenga interés especial en esclarecer estos asesinatos. Sería como dicen en Chupampa "cuchillo" para tu propio pescuezo".
El gobierno anterior creó la Comisión de la Verdad. Al mando del Licdo. Almanza trató de buscar esa verdad que muchos sinvergüenzas y cómplices no quieres que se sepa.
Pero nadie piensa en las víctimas ni sus familiares. En aquellas familias que no tienen un sitio donde llevarle flores a los restos de sus parientes desaparecidos por los militares.
Todavía por nuestras calles se pasean ex militares torturadores y abusadores, quienes nunca han pagado por sus fechorías.
Eso ocurre en Chiriquí, donde en su cuartel violaban y abusaban de las jóvenes civilistas que eran detenidas por pedir Democracia.
¡Eso no es justicia!
La única manera que existe de evitar que dentro de unos años vuelva el monstruo del militarismo a adueñarse del poder en Panamá, ¡es castigar a los culpables!
No se coman el cuento que ahora están viejitos, llenos de enfermedades, que hablan si los dejan sin castigo.
"El que la hizo, que la pague", como está funcionando en Chile, Argentina e incluso en Europa.
Violadores de los derechos humanos en esos lugares son enjuiciados, aunque tengan noventa años, como Pinochet (Chile).
Pero en este Panamá de mis amores, me entero el miércoles de ceniza de lo contrario.
Aquí la "justicia" ha dicho que los casos del padre Héctor Gallegos, Marlene Mendizábal y Jorge Falconett "están cerrados".
Los argumentos legales podrán ser eso, legales. Pero no es justicia para los familiares.
Recuerdo una ex alumna cuyo esposo salió una noche a hacer una diligencia...y no volvió.
Ella nunca ha podido olvidar esto, y como otros se merece justicia y no cuentos.