No sé cómo empezar esta columna y mucho menos qué decir, sólo me hago las siguientes preguntas ¿Hasta cuándo la desconcentración o maldición de los últimos 5 minutos de juego? ¿Qué nos pasa? ¿Por qué jugamos como nunca y perdemos como siempre? o mejor dicho ¿Qué nos falta para llegar?. Las respuestas creo que tendré que preguntárselas a Walter Mercado para ver si vaticina algo bueno para la sele.
En este primer partido ante Honduras no fuimos los mejores, pero ellos tampoco, considero que el técnico Guimarães se equivocó y se confió mucho en que eran un rival fácil, es muy cierto del que pega primero pega dos veces, pero Tampa, Florida no es el Rod Carew; por lo tanto no comprendo cómo un técnico y experto en la materia como él haya utilizado la estrategia de un solo hombre en punta cuando la consigna era ganar, es muy cierto que en algunas ocasiones uno es mejor que nada, pero en el fútbol no funciona; nuestros legendarios militan en diversos equipos del exterior en las cuales tienen la facilidad de hacer goles, pero no sé qué sucede cuando juegan con la selección. Gabriel Torres está en su momento con su equipo La Equidad de Colombia, pero hay que mandarle un "respect", como dicen en el gueto de que el fútbol se juega en equipo y no individual.
Nuestra sele no lució como nos lo imaginábamos, estaba desordenada y desconcentrada, aunque tuvo gran posesión del balón en el primer tiempo, no aprovechó las oportunidades claves y fue bien dominado por la defensa hondureña.
En la segunda mitad, los catrachos salieron hacer su juego, se apropiaron del balón, tuvieron mucha paciencia y no bajaron la guardia para encontrar el momento preciso para anotar y como siempre vino el descontrol de los nuestros a los minutos finales y por ende el gol, como se dice nos ahogamos en la orilla; al final creo que el empate nos favorecía porque era mejor un punto que nada y estaríamos todos en la jugada porque Estados Unidos y Cuba empataron 1-1 en su encuentro.
Es cierto que para clasificar debemos tener 6 puntos y faltan dos juegos, pero ahora tenemos que jugar con el país anfitrión y salir a matar dejando el cuerpo y el alma en la cancha.
Muchachos sé que en estos momentos sus ánimos están por el piso, pero así es el fútbol y para jugarlo, no sólo se necesita tener dos piernas, habilidad y fútbol; sino tener siempre presente de que el partido se acaba cuando el árbitro central pite y no a los 85 minutos.
Así que hoy veremos de qué casta están hechos y la meta es vencer o morir.
Buena Suerte y Guima piense bien lo que hace porque la Marea Roja no perdona.