El apego de una persona hacia otra puede convertirse en una adicción, en la mayoría de los casos sin darse cuenta, y aunque no lo parezca puede llegar a ser una enfermedad. El amor no es la excepción.
La adicción puede darse de forma involuntaria, y por lo general ocurre con personas cercanas, bien sea amigos, familiares y en la mayoría de los casos: las parejas. Y es que en todo momento se le ve pendiente de las cosas buenas y malas que le pasan, lo que sienten, lo que no sienten, qué les gusta comer, qué no les gusta, en fin.
Algunos muestran señales de asombro cuando se les llama "adicto", porque se hacen la idea de que se trata de comportamientos exagerados, pero que nunca alcanzarían el rango de algo patológico.
Ahora es común notar, y más aún en gente mayor, que hay individuos que viven y se desviven por los demás. Son hombres y mujeres que dejan correr sus vidas detrás de otros.
Y cuando se quieren acordar se les fue la juventud detrás de los que nunca supieron darle lo que ellos buscaban.
¿Y LA AUTOESTIMA?
Con relación a lo antes expuesto, es importante destacar que muchos hombres y mujeres se hacen dependientes de las otras personas.
Pero en la mayoría de los casos la individualidad y personalidad que diferencia a una persona de otra, los lleva a descubrirse internamente y acentuar esa individualidad que caracteriza a los hombres y mujeres, que en cierta etapa de su vida intentan poner en orden las cosas.