El grito "Chiriquí campeón", se escucha a menudo en los estadios del país, lo que nos da una idea del potencial deportivo que tiene la juventud oriunda de esa región de nuestro Panamá. Los chiricanos se distinguieron siempre por ser gente trabajadora y orgullosa de su terruño, ostentadora de un regionalismo extremo. Un alto porcentaje de los alimentos producidos para el consumo nacional, procede de las tierras altas.
Poetas de la talla de Santiago Anguizola, María Olimpia de Obaldía y Dimas Lidio Pitty, por citar algunos, hicieron valiosos aportes al parnaso panameño con un extenso y variado caudal lírico que nos habla de la existencia del hombre chiricano, poseedor de un universo vital, mucho antes de la llegada de los conquistadores españoles.
Gracias al adelanto de la imprenta, los chiricanos tuvieron, antes que la mayoría de los pueblos del interior, periódicos y revistas, y un periodismo vernacular que hoy se pueden observar cual testimonio viviente en las hemerotecas.
Pero, de un tiempo para acá, desde allá nos llegan a diario y con demasiada profusión, noticias escalofriantes sobre crímenes, droga, violencia intrafamiliar, tráfico de indocumentados, desempleo y tantas otras calamidades poco comunes en épocas anteriores.
Los gobiernos, sin distingos de ninguna clase, están en la obligación de involucrarse más en la solución de las necesidades de los habitantes en esa productiva región, de manera que podamos revertir el desolador panorama que hoy nos presenta un área geográfica dotada de riquezas naturales.