Los hospitales están registrando gran cantidad de pacientes con cuadros diarreicos en las últimas semanas. Los registros indican que la mayoría de los pacientes son niños menores de cinco años de edad, lo cual debe hacer activar la luz roja que indique peligro, pero desafortunadamente los casos se están tomando muy a la ligera.
En vez de existir un plan estratégico para enfrentar la crisis, los cuartos de urgencias de la Caja de Seguro Social (CSS) han hecho lo contrario. Se han planificado para no atenderlos con la urgencia requerida, comunicándoles a los padres de estos menores que los "vómitos" y las "diarreas" no son casos de urgencia.
¡Qué manera de jugar con la vida de un niño! Tan descarado es el sistema de salud en Panamá que exigen a los preocupados papás que se vayan para sus casas y saquen citas con sus pediatras para que ellos atiendan este casito.
¿Acaso no saben que la Organización Mundial de la Salud registraba la muerte de 5 millones de niños al año y que ahora, con el uso de las sales de rehidratación, esta cifra ha bajado a un millón y medio de infantes? ¿A caso no saben que la deshidratación mata?
La administración de la CSS debe redefinir su política de atención y considerar que en nuestro continente mueren anualmente 40 mil niños por esta causa. Con estos argumentos basta y sobra para que los padres lleven de urgencia a sus niños porque en cuestión de horas el menor puede perder la vida si no se le aplica una intravenosa con las sales necesarias.
Los médicos, por su parte, deben ser más profesionales a la hora de enfrentar una situación como esta. ¿Cómo sabe un padre si su hijo está fuera de peligro si no le hacen exámenes a tiempo? Ante esta situación, reiteramos la necesidad de que la CSS se supla de medicamentos antivirales que actualmente no tienen en sus farmacias y elimine de los murales, folletos y demás documentos sin sentido el concepto de que la diarrea no mata.