S E C C I O N E S

EPASA EN LINEA

PANAMA AMERICA

DIAaDIA EN LINEA

REVISTA SIETE!


inicio

portada

al cierre

nacional

política

opinión

el pueblo habla

provincias

nuestra tierra

sport

el mundo

viva

vida nueva

sucesos

 

CRITICA
 
FAMILIA
  OPINIÓN


¿Cuánto vale nuestra familia?

Hermano Pablo | Reverendo

En su comisaría en Catanduvas, Brasil, Tendrick da Lima tenía ante sí a dos campesinos, Antonio da Luz y Antonio da Rosa, que discutían acaloradamente. El comisario se rascaba la cabeza porque no podía hacerlos entrar en razón. Se trataba de un negocio de compraventa, o de trueque, pero los tocayos no podían ponerse de acuerdo en el precio.

Los dos hombres querían hacer un intercambio de esposas e hijos. Al parecer, ambos estaban cansados de sus respectivas familias y querían hacer un trueque como si se tratara de ovejas o bueyes. Antonio da Luz exigía que Antonio da Rosa le diera, además de su familia, un acordeón para balancear el precio.

El comisario da Lima tuvo que explicarles a los dos interesados que en Brasil estaba prohibida la compraventa de personas, como también el canje de esposas e hijos, aunque no rindiera utilidad alguna. Los dos campesinos se fueron protestando y diciendo que ya no había libertad en el mundo.

A este relato lo pudiéramos calificar de tragicómico, cómico por lo risible del caso, y trágico porque para muchos hombres, su esposa y sus hijos son bienes económicos nada más.

Esto se debe a que muchos individuos desconocen el valor de cada ser humano. Y no se trata sólo de personas iletradas. Lamentablemente, abundan hombres ricos y hasta con títulos universitarios, capaces de vender a su esposa o alquilar a una hija.

¿Y qué decir de los que no van al extremo de tratar de comprar o vender, o siquiera de cambiar a miembros de su familia, pero sí los maltratan como si no tuvieran valor alguno? ¿Qué pensará acerca de esta actitud Dios nuestro Creador, que nos hizo a cada uno como una creación excepcional? A los ojos de Él, todos los seres humanos tenemos un valor inestimable. Como para que no nos quede duda alguna al respecto, el apóstol Pablo nos asegura que el precio de nuestro rescate «no se pagó con cosas perecederas, como el oro o la plata, sino con la preciosa sangre de Cristo». Es decir, Dios nos considera tan valiosos que envió a su único Hijo Jesucristo al mundo a dar su vida por nosotros.

Ya es hora de que reconozcamos el valor que realmente tenemos. De hacerlo así, le entregaremos a Cristo nuestra vida a fin de que nos cubra con su amor y su protección, y nos recuerde todos los días lo mucho que nos valora.




OTROS TITULARES

Hito del cine

Sin embargo, lo quiero todo sin esforzarme

5 cualidades de un empresario exitoso

Las damas del béisbol

Buzón de los lectores

¿Cuánto vale nuestra familia?

Bobos o qué

 


 

  





linea
linea gris
 

   copyright © 1995-2009, CRITICA EN LINEA
todos los derechos reservados