El dolor de tres familias colonenses y el repudio de toda la comunidad son los sentimientos que deben servir para que las leyes sean más severas contra aquellos asesinos que están causando luto y angustia en los hogares panameños.
Tres jóvenes que apenas empezaban la vida la perdieron en segundos, cuando un sujeto armado llegó donde se encontraba un grupo de jóvenes que compartían varios juegos de fútbol en la barriada El Maestro, corregimiento de Sabanitas.
El hogar de estas familias ya no será igual porque han perdido a sus seres amados, todos jóvenes amantes del deporte y creyentes en el estudio como medio de superación.
LOS HECHOS
Eran pasadas las 4 de la tarde, cuando un grupo de jóvenes disfrutaban de la copa "Virgen de Lourdes" que lleva seis años de realizarse, sin que hasta este domingo se registrara un hecho tan violento.
Algunos testigos indican que un sujeto armado con una minimax llegó disparando, pero no le importó quiénes estaban cerca o a quiénes les disparaba.
Los organizadores, entre estos, el Representante de Corregimiento de Sabanitas, Marcos Valdez, quedaron sorprendidos porque en ese juego no se encontraba ningún joven de mal vivir, sino residentes del corregimiento de Sabanitas y algunos visitantes que disfrutaban del partido.
"No entendemos por qué llegó alguien a disparar, sino en ese juego que todos eran jóvenes sanos", dijo el representante.
LOS CAIDOS
Rommel Antonio González Aciego, de 17 años, no iba a jugar fútbol, pero como le gustaba el deporte, le había pedido a un familiar que quería ver el partido que le costó la vida.
Solo se había parado a presenciar el partido por algunos minutos, cuando llegó el sujeto disparando y le alcanzó uno de los impactos que no era para él, en la cabeza.
Los sueños de Rommel fueron truncados por un criminal que haló el gatillo y le quitó la vida con la llamada bala loca, y que lo mantuvo en coma hasta la mañana del lunes cuando debía estar en clases en su último año del colegio La Salle de Margarita.
Los tíos de Rommel, varios galenos de la provincia de Colón, no se separaron de él para brindarle las atenciones, sin embargo, pese a su traslado a Panamá, un paro cardiaco le arrancó la vida.
El jovencito tenía un futuro prometedor y era muy querido por sus compañeros, amigos y vecinos que lo definieron como un joven talentoso de un gran carisma al que van a extrañar.
Ernesto Alberto Lhasli, de 20 años, conocido por sus amigos como "Popín", había llegado un poco tarde para el juego y le correspondió esperar su turno para entrar. En el momento que llegó el sujeto a disparar, un amigo de su barrio de Caina, en Arco Iris, lo había invitado a tomar una bebida.
Lhasli, que deja a su esposa embarazada de cinco meses, era un joven que había recibido su título de Comercio en el colegio José Guardia Vega, y actualmente era estudiante universitario de la carrera de Contabilidad.
Por ser buen estudiante, le correspondió hacer sus prácticas de Contabilidad en la empresa RCM de la Zona Libre, donde sus jefes inmediatos lo definieron como un joven honrado, leal y trabajador, con las puertas abiertas para regresar cuando quisiera.
Alberto Best Marín, de 19 años, conocido como "Gordo", otro de los residentes de Caina, Arco iris, fue otro de los desafortunados. Best se encontraba cerca de Ernesto al momento que el sujeto disparaba y fue quien lo invitó para que compartieran una bebida antes del segundo tiempo del juego.
INVESTIGACIONES
Las investigaciones se realizan por parte de la Dirección de Investigación Policial (DIJ) y la Policía Nacional de Colón, que tienen identificado a un sujeto señalado como un adulto.
Hasta el momento, el sujeto está libre, pero había información de que se iba a entregar y que disparó porque le soplaron que había jóvenes de Arco Iris que estaban en los juegos de fútbol.