El juez español Eloy Velasco, que procesó a varios miembros de ETA y de la guerrilla colombiana de las FARC por su colaboración para atentar en España contra altos cargos de Colombia, como el presidente Álvaro Uribe, asegura que hay indicios de la "cooperación" del Gobierno de Venezuela en esa alianza.
Entre los potenciales objetivos contra los que se pretendía atentar estaban el actual presidente colombiano Álvaro Uribe, y su antecesor, Andrés Pastrana, según el magistrado de la Audiencia Nacional española.
El juez procesó por conspiración para cometer atentados terroristas al presunto etarra Arturo Cubillas Fontán y a los miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Édgar Gustavo Navarro Morales y Víctor Ramón Vargas Salazar.
En su auto, señala que "obran diligencias en este procedimiento que ponen de manifiesto la cooperación gubernamental venezolana en la ilícita colaboración entra las FARC y ETA y en especial de Arturo Cubillas Fontán, que tiene o ha tenido un cargo público en ese país".
Cubillas, casado con una ciudadana venezolana que ocupó varios cargos públicos desde que Hugo Chávez llegó al poder en 1999, fue nombrado en 2005 director adscrito a la Oficina de Administración y Servicios del Ministerio de Agricultura y Tierras de Venezuela.
Velasco le señala también como "responsable del colectivo de ETA en esa zona de América desde 1999 y de coordinar las relaciones con las FARC".
Según el magistrado, "fruto de sus gestiones" con el también procesado Emiro del Carmen Romero, entre el 14 de julio y el 12 de agosto de 2003, varios miembros de las FARC impartieron adiestramiento en la región de Zulia, fronteriza con Venezuela, a cuatro etarras "y se emplazaron para recibir más en el futuro".
Un intercambio que continuó en campamentos de las FARC en territorio venezolano que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia usaron para formarse en la fabricación y utilización de granadas o morteros, y que prosiguió en diciembre de ese año para el manejo de misiles tierra-aire.
Además, Cubillas trató de fijar una reunión entre un miembro de ETA y el histórico dirigente de las FARC ya fallecido Raúl Reyes en la primera quincena de enero de 2004, para lo que contactó con otro de los procesados, Rodrigo Granda Escobar, aunque no llegó a realizarse el encuentro.