José Miguel Soto, un hombre de 26 años, puso fin a su vida dejando estelas de dolor entre sus seres queridos.
El suceso fue conocido la mañana del sábado en la comunidad San Juan de Dios, en Antón.
De acuerdo a los informes, se presume que Soto se encontraba ebrio a la hora de atentar contra su vida. El mismo vivía con sus padres y hermanos, a quienes les dejó una carta explicando el por qué de su fatal decisión.
La vida es un regalo de Dios y como tal, hay que respetarla. Si hay depresión o preocupaciones, se recomienda hablar con alguien.