La ley de la selva se ha impuesto en Concepción, la ciudad más afectada por el terremoto que este sábado sacudió a Chile, donde el desabastecimiento, la desesperación y la ausencia de autoridad han derivado en saqueos.
Después de más de 30 horas sin luz, agua ni alimentos a causa del terremoto de más de 8 grados Richter que ha causado más de 700 muertos, dos millones de damnificados y cuantiosos daños, muchos vecinos de Concepción, la tercera ciudad más grande de Chile, se lanzaron a la calle en busca de suministros básicos.
Desesperados después de haber pasado la noche en la calle por miedo a una nueva catástrofe, se atrincheraron frente a los grandes supermercados a la espera de que abrieran sus puertas para poder adquirir alimentos.
Centenares de ciudadanos, entre ellos muchos ancianos y niños, gritaban a los pocos carabineros que custodiaban los establecimientos para que conocieran su situación desesperada.
Ante la falta de respuesta oficial, comenzaron a invadir por la fuerza los supermercados más importantes de la ciudad, lo que primero fue reprimido por la Policía con gases lacrimógenos, pero finalmente fue aceptado por los guardias que durante horas intentaron controlar una situación incontrolable.
TOQUE DE QUEDA.
El Gobierno chileno decretó el toque de queda en las regiones del Maule y Bío Bío, las más afectadas por el terremoto.
La prohibición de circular por la vía pública se extenderá entre las 9 de la noche hasta las 06.00 de mañana, dijo el general Bosco Pesce, designado jefe de zona en el estado de catástrofe decretado en Maule, 300 kilómetros al sur de Santiago.