Un agente de seguridad de 69 años fue víctima de un robo de su arma de reglamento la madrugada de ayer, domingo, luego de ser dormido por un sujeto que le ganó la confianza.
El agente fue llevado al Cuarto de Urgencias del Hospital Santo Tomás. Alegó que una persona que conocía se apersonó al lugar que custodiaba: un proyecto de construcción, y éste le llevó comida y jugos por dos noches consecutivas. Al consumir el líquido, en este caso cerveza, perdió el conocimiento, y al despertar se percató que no tenía el arma de fuego, un revólver calibre 38, con seis municiones.