Desde hace veinte años, en la "época democrática", no recuerdo un gobierno que haya sufrido tanto desgaste en la opinión del pueblo, que el de Martinelli. En lugar de una administración distinta, de cambio, la ciudadanía se sobresalta con acciones del Ejecutivo, que incluso, recuerda la terrible dictadura narcomilitar.
Estoy seguro de que en estos momentos no todos los que le dieron el voto al "enzapatillado" lo harían otra vez, ante sus acciones autoritarias.
Decisiones con clara presencia del Ejecutivo en los otros órganos del Estado hacen temer a más de uno que caigamos en lo que se llama "gobierno autoritario", o "dictadura civil".
Las acciones positivas a veces se ven opacadas con otras que causan incertidumbre en la comunidad.
Hemos visto cómo los medios de comunicación, que apoyaron un cambio de verdad en el país, ahora critican al mandatario por querer concentrar el poder en sus manos... ¡lo que no es democrático!
Comparado con el gobierno del hijo del dictador Torrijos, a los seis meses no había tanto desconcierto sobre el futuro del país.
Además, los jóvenes todavía tenían fe en mejores días gracias al "Team Martín", cosa que no es igual en este momento. Como dicen en la Eneida de San Carlos, lo que "hacen con las manos lo están destruyendo con los pies".
¿Era necesaria esa fanfarria para sacar a la Procuradora? No queremos vivir de sobresalto en sobresalto, por las medidas que toma el Ejecutivo (¿será que prepara la reelección?).
Y muchos de sus ministros ayudan poco a mejorar la administración. Pareciera que solamente valiera el Presidente, y el resto... ¡es chicha de piña!
No creo que burlándose de un mitin de la revivida Cruzada Civilista se oculte la decepción que afecta a varios sectores del país respecto al actual Gobierno.
Recuerdo cómo se burlaba Noriega y su gente de los pañuelitos blancos y el toque de pailas, que al final contribuyó a acabar la cruel dictadura.
¿Qué tal si se forma un "Frente Amplio contra la Dictadura Civil", donde participen civilistas, independientes y políticos de oposición?
Las actividades positivas que ha hecho el Gobierno se diluyen ante otras que dan temor a algunos panameños. No queremos ninguna dictadura, ya que eso significa volver a un pasado que la mayoría detesta.