El comunicado amenazante atribuido a la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), pareciera que busca la intención de inmiscuir a Panamá en el conflicto colombiano.
El documento merece el estudio y el análisis debido. La prudencia es lo mejor en esos casos, mientras se verifica la autenticidad o no. Sin duda que los estamentos de seguridad de Panamá, tendrán algún canal informal de comunicación con la insurgencia colombiana.
La detención hace una semana de seis guerrilleros en las aguas de Jaqué tras un enfrentamiento con miembros de la Policía, se arguye como excusa para emitir una presunta amenaza de secuestro a funcionarios panameños.
Para nadie es un secreto que desde hace casi 40 años, la guerrilla colombiana ha utilizado territorio panameño como una especie de santuario para descansar y sanar a sus heridos tras enfrentamientos con el ejército colombiano. Calentar la frontera con Panamá, no sería estratégico para las FARC.
Además existe la realidad del Tratado de Neutralidad, que con sus enmiendas, nos colocaron bajo el "paraguas del Pentágono".
Una incursión guerrillera a gran escala en Darién, podría ser invocado por los norteamericanos como un potencial peligro y de inmediato destacarían tropas en esa selvática región.
El amenazante documento pareciera que busca otras intenciones.
Panamá debe reforzar con su pie de fuerza la frontera con Colombia, pero también debe actuar con prudencia, para que no nos tomen como tontos útiles en un conflicto del cual no somos parte.