Con agrado he visto las noticias provenientes de Santiago de Veraguas en días pasados cuando un grupo de ex-pandilleros de los barrios de Nazareno y 5 de mayo limpiaban las calles de la ciudad con el apoyo de la Iglesia Evangélica.
Lo que sucede a mi parecer es que las condiciones en que viven estos jóvenes incluyendo jovencitas es muy dura por la desintegración familiar, ambiente hostil, y falta de empleos en sus barrios. No es fácil para un ex-pandillero congregarse y buscar con todo su corazón a Dios tomando en cuenta su pasado (enemigos de bandas, redadas policiales, venta de drogas, etc.), sin embargo muchos logran demostrar su conversión sincera a Cristo y se da un fenómeno muy interesante: al verdadero convertido no se le toca, porque ya no es del mundo. El que lee Efesios 5 entienda esto. Cuando estuve en San Salvador conocí ex mareros en un culto y luego lo vi en un programa de Discovery Channel sobre la mará salvatrucha lo que afirmo en este escrito: pandillero convertido no se le toca.
Aquí en Panamá se ha comprobado que las iglesias evengélicas han logrado disminuir el avance del pandillerismo a través del trabajo espiritual con estos jóvenes y prueba de esto es que el centro del Inadeh del Chorrillo cuenta con el apoyo de pastores del área desde calle 18 hasta la 27.
Para terminar quiero citar a un ex-pandillero convertido, que aunque vivió hace mas de 1900 años, su vida es inspiradora. Es Saulo de Tarso quien se convirtió en el gran apóstol Pablo. Saulo pertenecía a la banda de los fariseos y perseguía a los cristianos (Hechos 7-8), quienes no eran ninguna banda, sin embargo los declararon enemigos de la religión judía y las armas eran las piedras. En Hechos cap. 9 tiene un encuentro personal con Jesús; se convierte, y luego él es el perseguido (Hch 9:20-31); pero los judíos no le podían tocar porque su vida le pertenecía a Cristo. Y sabemos el resto por medio de sus 13 epístolas. Sí hay esperanza para esta juventud y ojalá logremos declarar mas y mas pandilleros convertidos a Jesucristo.