Un millón de taiwaneses formaron una cadena humana que a lo largo de 486 kilómetros expresó su rechazo a los misiles que desde China apuntan a la isla y su deseo de proteger la soberanía de Taiwán.
La concentración dio comienzo en Hopingtao (Isla de la Paz), al norte de la isla, cuando el presidente taiwanés, Chen Shui-bian, unió sus manos con las del ex presidente Lee Teng-hui, mientras arreciaban los gritos de "Taiwán si, China no".
En su alocución, Chen señaló que los taiwaneses quieren la paz y no la guerra e instó a China a retirar los misiles que apuntan a Taiwán, a los que calificó como una amenaza a la paz de toda la región del Pacífico Asiático.