Israel excarceló a 500 prisioneros palestinos en "un gesto de buena voluntad" con su presidente Mahmud Abbas, pero este paso hacia la paz puede quedar ensombrecido pues también seguirá con la construcción del "muro de seguridad".
Los prisioneros palestinos, entre ellos cuatro mujeres de 128 recluidas en la cárcel de Nevé Tirzá, salieron desde la prisión de campaña de Ketziot, en el desierto del Néguev, haciendo con sus manos la "uve" de la victoria con destino a Cisjordania y a la franja de Gaza.
Todos los liberados han tenido que comprometerse por medio de una declaración jurada a que no volverán al camino de la violencia. Unos 200 de los excarcelados habían cumplido dos tercios del castigo que les impusieron cortes militares y los tribunales israelíes.
Entre los excarcelados, primera tanda de un total de 900 que recuperarán su libertad, no se han incluido prisioneros "con sangre en las manos", esto es, que hubieran causado muertos o heridos.
Los otros 400 serán puestos en libertad dentro de tres meses.