Cuando le ganamos a El Salvador, tal vez no fue de la mejor forma ni con el mejor equipo ni ante el más duro rival, pero ganamos. Acabamos con una sequía de gol y logramos prácticamente el pase a la Copa de Oro, además de mantener nuestra hegemonía sobre los cuscatlecos.
Fue la figura de Juan Ramón Solís que trajo la calma y la alegría del gol a su equipo, que no estaba jugando su mejor fútbol porque por momentos no se encontraba, ya que la labor principal de los delanteros no se concretaba y era marcar ese gol que pondría fin a 345 minutos sin que Panamá encontrara las redes.
Otra vez quedó demostrado que hace falta delantera (independientemente del caso Garcés), pues la definición de nuestra selección está pasando por una crisis intensa. Hace falta ese olfato goleador y las ganas de hacerlo, es lo que precisamente puso el jugador número 13 (el de la suerte). Solís entró con ganas, se encontró el balón y no desaprovechó la oportunidad, si no hubiese sido por eso, hoy la historia no sería igual.
El equipo de El Salvador fue un tímido rival que apostó a sus armas favoritas, las ya conocidas por Panamá. Tal es el caso de Rudy Corrales, también con Christian Alvarez que disparó el balón que dio en el travesaño, único tiro que hizo desplegarse a profundidad al portero panameño, iba en buena dirección y asustó.
José Eugenio Hernández ya podemos decir que consiguió su primer objetivo, pasar a disputar en julio próximo la Copa de Oro, por primera vez y aunque no se haya sudado mucho, por méritos propios y no por una moneda.
SOBRE LOS TICOS...
Ahora sólo toca enfrentarnos mañana a la selección de Costa Rica, en lo que será un adelanto del 26 de marzo en el segundo partido eliminatorio de la hexagonal final.
Sigue habiendo espacios vacíos y preocupan ciertos sectores del equipo, producto tal vez de la improvisación tras la ausencia de algunos jugadores, unos por compromisos con sus clubes, otros porque no se han convocado y por casos fortuitos.
El rendimiento del equipo fue terrible en la ofensiva. Prueba de ello es que la primera llegada de peligro de Blas Pérez llegó al minuto 36 y una más al minuto 46, al ocaso de la primera parte, contra un conjunto que no ofrecía mucho.
La media cancha, para qué hablar; tuvo muchos errores por jugadores que no voy a mencionar el nombre, pero que ya la afición está cansada de perdonar. Las pérdidas de la pelota, los pases imprecisos y el abuso del control del balón. En este partido perdí la cuenta de estos errores, aparte de que evidenciamos no tener recursos ante equipos que se nos cierran atrás.
Todo esto se suma a la falta de proyección que solamente está recayendo en Julio Medina III, sin mayor ayuda. Es más, el juego del “Puchito” y su estilo ya está bien referenciado por el rival y Costa Rica no será la diferencia. Es por esto que es importante aprovechar todos los balones parados y hacer las famosas jugadas de laboratorio para sorprender a la zaga rival.
Los cambios que realizó el técnico colombiano esta vez sí le resultaron. El ingreso de Juan Ramón Solís por Engie Mitre y el de Armando Gun por William Aguilar, dieron sus frutos, cuando 15 minutos después Solís consiguió la anotación que a la postre nos daría el triunfo y Gun, la falta para dejar a los cuscatlecos con un hombre menos en la cancha.
La defensa panameña logró un primer objetivo que era mantener a su rival sin goles, sigue siendo un punto favorable para Panamá, pues su zaga con ingresos nuevos se fue invicta junto a su portero Donaldo González.
Algunos errores, tal vez, pudieron en la segunda parte crear jugadas de peligro para Panamá, incluyendo el tiro de Alvarez que pegó en el travesaño, pero al final se impuso el cero. Si este primer encuentro hubiese sido con Costa Rica, el final habría sido trágico.
Ahora en el equipo panameño debe reinar la tranquilidad de lograr el pase a la Copa de Oro, pero también debe haber ansias por enfrentarse a un equipo que no regala nada y que es nuestro segundo rival en la eliminatoria mundialista.
El partido de mañana ante Costa Rica será una prueba de fuego para el elenco nacional, aunque este partido no tenga nada que ver con el que sostendremos en marzo, por el momento disfrutemos de una victoria, corrijamos errores, llamemos a los delanteros que debemos llamar y soñemos con el divino néctar de la copa.