Un tribunal de apelaciones revocó la orden de liberación en territorio estadounidense de 17 musulmanes chinos de la etnia uighur detenidos de Guantánamo, un caso que pone de manifiesto las dificultades para cerrar ese penal.
Los 17 hombres nunca combatieron contra Estados Unidos y llevan más de siete años encerrados sin cargos, pero la decisión del tribunal significa que probablemente continuarán tras las rejas de Guantánamo hasta que el Gobierno de Barack Obama resuelva cómo clausurar la cárcel con peor fama del mundo.
Esa tarea ha recaído en un comité encabezado por el nuevo secretario de Justicia de EE.UU., Eric Holder, quien dijo que visitará Guantánamo el lunes, algo que no hicieron sus dos antecesores en el cargo durante la administración de George W. Bush.
En esa base quedan unos 245 detenidos, divididos en tres grupos. Hay entre 50 y 60 que el Pentágono considera inocentes, y otros 60 detenidos contra los que tienen pruebas suficientes para juzgarlos.