No se acueste sin haber hecho una evaluación de su día. Es conveniente revisar periódicamente el motor de su carro o el estado de su salud física. Pero aquí le estoy hablando de su salud integral, sabiendo que somos un componente de cuerpo, alma y espíritu. Todos los días ponga ante el tribunal de su conciencia antes de acostarse todo lo que pasó de manera trascendental y que influirá en su vida, dando gracias al Señor por lo bueno y aceptando los fallos cometidos. Muchas veces eso "trascendental" viene envuelto en el manto de la total sencillez y puede pasar desapercibido. Durante el día, normalmente, suceden cosas que tienen que ver con su crecimiento y perfección. 1. ¿Cómo se levantó?
2. ¿Cómo lidió durante el día con los problemas cotidianos que le causan tensión?. ¿Lo hizo con cólera y por eso agredió verbalmente a alguien en particular?. El descontrol emocional afecta sus relaciones interpersonales y le van causando una amargura por la frustración que causan estos continuos enojos. La persona que triunfa es la que tiene clara sus metas y las va cumpliendo diariamente, buscando siempre enfocar su atención en lo que es "lo primero", sin descuidar sus otras obligaciones.
3.¿Supo manejar con armonía y paz interior los conflictos que se generan diariamente? Cuando uno se ofusca fácilmente impide que la razón estudie y resuelva mejor los inconvenientes de una jomada. ¿Aprendió algo nuevo hoy, observando la realidad y analizando las causas del por qué pasan las cosas?. Cuántas cosas se pueden aprender con los golpes de la vida y que luego convertido esto en "experiencia", me permiten ser una persona más sabia y prudente.
En fin, cada día al acabar la jornada debe hacer su examen de conciencia y ver si está creciendo o se está estancando, porque es necesario mantener la verdad de usted mismo y con sinceridad evaluarse, ya que usted es el que más sabe de usted mismo, después de Dios. La responsabilidad primera suya es la de administrar bien su persona, sus recursos humanos y materiales, su tiempo y mantener una "supervisión" detallada de su comportamiento y actitudes. No hay cosa peor que vivir con uno mismo como si fuera un extraño, sin saber porqué hago las cosas, cuáles son mis metas, hacia donde voy, si estoy creciendo y superándome, o si estoy ocasionando un mal grande en mi y en los demás. Observarme como si yo fuera un espectador objetivo e imparcial de mí mismo, para poder seguir los pasos que doy y con seriedad analizar mi existencia, corrigiendo defectos, acentuando las virtudes y acelerando el proceso de perfección interior, todo eso hará de mi una mejor persona. Y claro, no podemos prescindir del que es la razón de nuestra vida, nuestro Señor Jesucristo y con El podemos vencer cualquier situación difícil, ya que con El somos invencibles.
