Martes de carnaval, con la jornada de hoy se cierra del festejo de Momo. En la madrugada se dará el entierro de la sardina y mañana el país volverá poco a poco a la realidad.
El Carnaval del Centenario en la capital se convirtió en una especie de pesadilla y puso al descubierto que no se puede improvisar en esa materia.
Hay que reconocer el esfuerzo inicial de Carlos Arias de intentar organizar algo, pero el carnaval es más que ideas y necesita recursos y atractivos mayores que una tarima donde bailadores se dediquen a remenear las caderas.
La empresa privada también debe invertir y no pretender que el gobierno debe cargar con todo el peso del festejo. Aquí poderosas empresas licoreras y cerveceras, así como grandes hoteles, que muy bien pueden traer artistas de cartel y no limitar la fiesta de Momo a presentaciones de regueseros.
Todo lo sucedido este año y en los anteriores ha hecho que el carnaval capitalino, deje de ser atractivo y por eso más de 100 mil vehículos repletos de capitalinos cogieron rumbo hacia el interior.
Hoy debe iniciar el retorno de miles de panameños hacia la capital. Habrá que armarse de paciencia y no excederse en la velocidad, para aumentar las estadísticas fatales que ya suman una veintena de muertos.
A partir de mañana inicia el periodo cuaresmal, una época en que muchos de los que gozaron del Rey Momo, ahora quieren entrar en paz con Dios.
También volverán los políticos con su discurso de siempre dirigido a un pueblo que ya no cree en nada ni en nadie, porque tiene otras prioridades: sobrevivir ante la crisis y prepararse para enviar sus hijos a las escuelas.