Carnaval, fiesta, fútbol, victoria, celebración. Son una mezcla de palabras que identifican al panameño, porque es su idiosincrasia.
Esta noche viviremos más que un partido de fútbol. Es el reencuentro con nosotros, con nuestro fútbol, tan golpeado en antaño.
Hoy sentiremos por primera vez las mieles de estar en un hexagonal y viviremos a partir de este momento un sin fin de sensaciones al saber que la posibilidad de ir por primera vez a un mundial de mayores está cerca.
Cuando el reloj marque las 7:00 p.m., (hora del saque inicial), estaremos exactamente a diez partidos del mundial. En este largo camino, que no será nada fácil, seguro encontraremos obstáculos, pero también alegrías. Esperemos que estas últimas sean mayores.
Antes de hablar del partido, de las estrategias, de Panamá y Guatemala, hay que pensar en ganar.
Este es el único concepto que vale, el de triunfo, el de los tres puntos, el de empezar con el pie derecho en el hexagonal.
Una cosa que quede clara. No estamos jugando contra mancos, ni cojos -sin aludir a los que lo son-, porque al frente tenemos un equipo de mucha capacidad y que sin lugar a dudas también tiene para ganar el partido.
Pero sin pecar de triunfalistas, tenemos para ganar, estamos en casa y esta condición debe pesar. No podemos regalar puntos de local frente a rivales directos como Guatemala, Costa Rica y Trinidad y Tobago.
Esta noche es para que los chicos muestren todo su talento. Tenemos equipo, hay buenos jugadores y un técnico, que aunque testarudo para muchos, hoy nos tiene escribiendo esta historia, quizás la más importante en los más de 67 años de estar afiliados a la FIFA.
Es su momento muchachos, los Garcés, Brown, Blas, Mitre, Blanco, Baloy, todos.
Pero, también es el momento de la gran "Marea Roja", esa que en los cuatro días de carnaval se vistió de rojo. Por lo menos en Las Tablas y Pedasí, lugares donde fuimos a celebrar las fiestas del dios Momo se sintió el ambiente de fútbol y todos coincidían en una cosa: el miércoles hay que ir al estadio.
Esta noche toda Panamá vivirá su fiesta y comenzará a escribir una historia jamás contada en nuestro país. Panamá debe ir como el buen escultor puliendo poco a poco su pieza para a las 9:00 p.m., hora en que debe terminar el juego, podamos cantar nuestra victoria.