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La imposición de la ceniza empieza a ser obligatorio para toda la comunidad cristiana a partir del siglo X. |
Se terminó el jolgorio, la bulla, la parranda, la bricadera, la mojadera y el culto a Momo. A partir de hoy, la mayoría de los panameños de confeción católica, entran en la cuaresma. Cuarenta días de reflexión que llevarán a la Semana Mayor en que se conmemora la vida, pasión y muerte de Jesucristo.
Muchos de los panameños están listos para el ritual del Miércoles de Ceniza con el que se inicia la cuaresma. Este día es un pleno simbolismo que recuerda al hombre su carácter de mortalidad.
La ceniza untada por el sacerdote en la frente nos recuerda cuando Dios sentenció a la muerte natural a Adán por su desobediencia: "Polvo eres y en polvo te convertirás". Como el hombre había sido tomado del limo, polvo o "humus", a esa condición debía retornar.
A los fieles no se les unta en la frente cualquiera ceniza. Esa ceniza es el resultado de la quema de los restos de las palmas que se utilizan durante el domingo de ramos del año anterior.
Las cenizas son rociadas con agua bendita y ahumadas con incienso.
Durante el ritual, el sacerdote unta la ceniza a los feligreses haciendo el signo de la cruz. La ceniza es para recordarnos que por el pecado original tenemos que morir, pero existe la promesa de redención mediante la muerte de Nuestro Señor Jesús en la Cruz.
Esto también implica un compromiso serio de los cristianos. Atender el llamado sincero para un arrepentimiento verdadero e ir en busca de la preciosa redención que nos ofrece Jesús que vino a dar su sangre preciosa por la salvación de la humanidad.
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