Tuvieron que pasar casi cuatro décadas para que el ex cura Paul Shanley fuera llevado a juicio desde que fue acusado por primera vez de abusar de niños.
El depuesto sacerdote católico, ahora de 74 años, podría pasar el resto de su vida en prisión.
Los fiscales no han dicho qué pena específica recomendarán al juez para Shanley, considerado como la figura más notoria del escándalo de abusos sexuales que remeció a la Arquidiócesis de Boston hace tres años.
La fiscal de distrito de Middlesex, Martha Coakley, dijo que la pena recomendada "será significativa".
Shanley podría recibir la cadena perpetua cuando sea sentenciado el 15 de febrero, luego de que el lunes un jurado lo halló culpable de violar y manosear repetidamente a un niño en su parroquia durante la década de 1980.
Su acusador, ahora de 27 años, agachó la cabeza y lloró al escuchar los veredictos tras un juicio que dependió exclusivamente sobre la credibilidad de su testimonio, reactivado por lo que él dijo eran recuerdos reprimidos del abuso ocurrido hace décadas.
Shanley, de 74 años y que requiere de un aparato para oír, no mostró ninguna emoción mientras permanecía de pie junto a su abogado, Frank Mondano.
"Parece que la falta de un caso no es impedimento para declarar a alguien culpable", dijo Mondano, quien prometió presentar una apelación. Dijo que puede alegar que el emotivo testimonio del acusador hizo imposible que los jurados alcanzaran un veredicto justo, basado solamente en la evidencia.
Durante la audiencia de sentencia de la próxima semana, se permitirá a la víctima y a su familia hablar sobre los efectos del abuso. Shanley también tiene derecho de hablar, pero Mondano dijo que es muy poco probable que lo haga, debido a sus planes de presentar una apelación.
El acusador de Shanley testificó durante tres días, a veces sollozando en el estrado y pidiéndole al juez que no lo obligara a dar detalles gráficos.