Ha resultado una coincidencia que este insulto tan común en los bajos y altos estratos de la sociedad panameña, cuente con ocho sílabas. Antes de ser guturado o gritado por los regueseros (cantar es diferente), este señalamiento ha servido a las personas que cuentan con un escuálido inventario de palabras en su vocabulario para señalar lo malo, malvado y cruel que puede ser un individuo. Este octosílabo "celestial" es una voz folclórica en toda América Latina y en Panamá ha superado abismalmente la popularidad de la palabra inventada para las mentadas de madre (hijue... ta!), traída por los españoles y que heredamos gratuitamente de los colombianos.
En otros países las dos primeras sílabas cantadas que acompañan a " de su madre", son diferentes (concha, cono etc), pero tienen el mismo significado devastador y procaz. El vulgo ha escogido el órgano reproductor de las madres que debería ser sagrado para darle un nombre de fruta, molusco o semilla con algún parecido y agregarle "su madre". Con este señalamiento se define en Panamá, la calaña de un individuo parecido al gobierno, es la forma hiriente de decirle a otro lo desgraciado, poco importa y malvado que es.
La expresión " de su madre" tiene más de dos décadas en pie. Por ejemplo: El rostro del dictador Noriega también se calificó como, "Cara de...su madre". La primera vez que se escuchó esta entonación tan vulgar en coro, lo fije en una marcha del SUNTRACS contra el "Toro", en esa manifestación popular había un grupo no sé si infiltrado, que llevaba la voz cantalante "El toro es un..." y la masa gritaba "...de su madre" de allí pasó al estadio Revolución con las turbas de la marea roja, en los juegos internacionales de fútbol, cada vez que el arbitro juzgaba una jugada en contra del equipo panameño, el coro "vienal" que bajaba a todo pulmón de esas graderías con más de 10,000 almas era, "arbitro... de su madre".
Aunque detesto a los regueseros, los felicito porque han dado en el clavo, a su manera le han dicho al gobierno lo que ellos consideran se merece, pero deberían ser más comedidos, pues niñitos he visto con celulares, escuchando, bailando y cantando ese pregón como una gracia.