En la provincia de Chiriquí hasta la fecha no se ha reportado ningún caso de malaria, mientras que en el año que acabó de concluir se diagnosticaron un total de 43, principalmente en los distritos de Barú y Alanje, donde el máximo porcentaje de personas que presentaron esta enfermedad son de origen indígena.
Según el doctor Pablo Acosta, director de Epidemiología de la región chiricana, de los 43 casos que se diagnosticaron en el año 2004, la mayoría corresponde a los denominados casos importados, provenientes de la comarca Ngöbe Buglé, sin embargo, también se les da el tratamiento completo.
Indicó que los casos netamente de la provincia no llegan siquiera a la mitad del gran total y se ubican, sobre todo, en el cordón fronterizo donde se ha instalado de manera permanente un equipo con sede en la comunidad de Progreso y otros funcionarios que efectúan los monitoreos en el distrito de Alanje.
El epidemiólogo manifestó que se ha tenido experiencia de brotes como en el 2003, cuando hubo 51 casos de malaria, que se dieron en la comunidad de Guarumal, sin embargo, se logró controlar en menos de un mes y hasta el momento no se han registrado más situaciones de este tipo.