Se dice que en la Antigüedad, los hombres del mar fueron los primeros en usar las estrellas para guiarse en el vasto océano. Estaban solos con su destino, ellos y los luceros del firmamento. Poco después, apareció la brújula, cuya flecha magnética apuntaba siempre al Polo Norte, convirtiéndose en referencia para los navegantes, desde los Fenicios, Cristóbal Colón y hasta los astronautas del Apolo 11.
Igual pasa en la política criolla local. Hay que tener una buena brújula que nos guíe por el camino correcto. De lo contrario, nos perderemos en la nada.
Tal es el caso de Juan Carlos Varela, un político panameñista que ha logrado rescatar de la miasma, al mayor grupo partidista de la oposición.
En una maniobra sorprendente y que demuestra su hidalguía política, Varela supo conocer del inminente descalabro de su colectivo, ante el avance de la exitosa campaña electoral del candidato Ricardo Martinelli, de Cambio Democrático. Nadie podía dudar de la enorme ventaja que lograba el dueño de los Súper 99, que ya rondaba el 44% de las preferencias, según las últimas encuestas.
El denominado "Pacto de La Cresta", gestado bajo la sombra no tan disimulada de EE.UU., es el resultado de un consciente estudio de parte del ingeniero Varela. Ahora, el partido Panameñista se alía a Cambio Democrático, el Molirena y Unión Patriótica, que conforma un bloque monolítico para derrotar al Partido Revolucionario Democrático (PRD), tras cuatro años de desastrosa gestión presidencial.
Con el pacto, Varela evita que el Panameñismo pierda por segunda vez consecutiva una elección presidencial. Asegura, y dé por hecho esto, la victoria de la Alcaldía capitalina, con Bosco Ricardo Vallarino al frente. Puesto clave, pues el Municipio de Panamá maneja más de 90 millones de dólares anuales.
También el pacto Varela-Martinelli le garantiza una virtual mayoría parlamentaria a la Alianza Opositora. Es posible que la Oposición logré de 45 a 50 diputados en la Asamblea Legislativa, algo que facilitará la gestión gubernamental de un Gobierno liderado por el empresario de los supermercados.
Tengo que reconocer que Varela me sorprendió. Pensaba que seguiría hasta el final como el clásico político "suicida", llevando al Panameñismo al despeñadero. Por lo menos, supo ver el panorama político general y determinó formar una alianza de Gobierno con su rival en las huestes opositoras, obteniendo reconocimiento total, además de una enorme cuota de poder, con la vicepresidencia asegurada, algunos ministerios sensitivos (MIDA, MIDES, Vivienda, etc), además de diputaciones y alcaldías claves en todo el país.
Buena esa, ingeniero Varela. No dudamos de que en 2014 tendrá mejores opciones para liderar el país, forjado como un buen dirigente, de extracto popular, que supo salvar a su partido en el momento justo.
Varela supo ver que la brújula del Panameñismo no funcionaba. No tuvo otra opción de ver hacia el cielo, buscar en el firmamento su buena estrella. Parece que hizo caso a su conciencia y olfato político.