Un tremendo asco se ha vuelto la casa nueva de Britney Spears y su maridito Kevin Federline.
Según el tabloide Star, los tres perros de la pareja han vuelto su mansión de Malibú un campo minado de caca.
La nota de Star destaca que los visitantes de la hermosa casa se han mostrado sorprendidos de que la pareja no se hace cargo de las gracias que hacen sus mascotas. Hasta el closet de Kevin tiene caca.