lunes 24 de enero de 2005

 

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Rompiendo el Silencio

Blanca Alvarez E. | Crítica en Línea

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El incesto destruye a cualquier persona. Sus huellas son casi imborrables.

Cuando un hombre o una mujer muestra una actitud extraña en el medio en que se desenvuelve, es juzgado a veces de forma implacable. Sin embargo, algo que probablemente desconocen sus ''verdugos'' es que esta persona fue víctima de abuso sexual por parte de un familiar durante su niñez.

El incesto destruye a cualquier persona. Sus huellas son casi imborrables. Las secuelas sicológicas no se hacen esperar. Lo correcto es que cuando se es abusado, se acuda inmediatamente por ayuda, pero lamentablemente en la mayoría de los casos las víctimas prefieren callar.

Tal es el caso de Marta y Victoria (nombres ficticios), dos niñas de 15 y 13 años, quienes decidieron romper el silencio gritándole a su pobre madre (Teresa)''¡No podemos más, hemos sido unas víctimas, somos abusadas por nuestro padrastro desde los 10 años!''.

Teresa se desmayó, es una mujer humilde con siete hijos, y jamás pensó que el padre de sus cinco hijos menores abusaba sexualmente de sus dos hijas mayores. Lo peor de todo es, que una de las niñas tuvo un hijo del padrastro. La madre interpuso la denuncia ante las autoridades competentes y afortunadamente el agresor purga una condena por abuso sexual a menores. Sin embargo, esta familia quedó marcada por el atroz suceso.

UN GRITO DE AYUDA
Cuenta Marta, la mayor de las hermanas, que no habían hablado con su madre, porque el sufrimiento era doble. Por un lado estaba sentirse abusada por un familiar y por otro, el dolor de saber que si lo decían a su madre, probablemente no les creería. Pero ya con su hermana presa en las garras del abuso sexual no tenía necesariamente que decirlo: su cuerpo y su comportamiento hablaban por ella.

Ahora, vive con sentimiento de vergüenza y culpa, no mira a los demás a la cara, es insegura, miedosa, desconfiada y su autoestima es baja. Padece desdoblamiento de la personalidad, llora con facilidad, es ansiosa, depresiva, sufre trastornos del sueño, presenta disminución del rendimiento escolar y tiene problemas para relacionarse con los demás.

El comportamiento de las víctimas que mantienen silencio, por lo general, es variado, pero se correlaciona en algún aspecto. Son inmaduras, conflictivas y sensibles.

Se muestran inestables e indecisas. Ya mayores, para tomar una decisión necesitan la aprobación de una segunda persona y con una relación de pareja son inestables, generalmente padecen de disfunciones sexuales, explica la sexóloga Odalis Tiburcio.

TRES MIL VIOLADAS CADA AÑO
Más de tres mil menores de edades entre 10 a 17 años son violadas sexualmente cada año, informó la ministra de la Juventud, la Mujer, la Niñez y la Familia, Leonor Calderón. La mayoría de esos delitos son cometidos por familiares, amigos o vecinos de las víctimas.

Ante la alarmante cifra de menores abusadas, se realizará una campaña para promover el respeto de los derechos humanos de niños y niñas, y se pondrán en práctica varias acciones legales de combate a los proxenetas.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ofreció su respaldo a los proyectos dirigidos a garantizar los plenos derechos de los infantes y en contra del abandono y la explotación sexual en este país.

Panamá ha logrado avanzar en las últimas dos décadas en algunos temas como son la protección de la niñez en áreas como educación y salud, pero aún hace falta mucho por hacer.

CONTRA LA EXPLOTACION SEXUAL DE MENORES
En Panamá se desconoce la dimensión real de la explotación sexual de niñas y adolescentes. Es un delito silencioso, porque las víctimas tienen terror a denunciarlo. No es un asunto privado, es un problema social. Los códigos penales y judiciales panameños imponen penas entre tres y 10 años de cárcel para los delitos de explotación sexual de niñas y adolescentes.

Existe una relación directa entre pobreza y adolescencia. La mitad de los menores pobres tienen menos de 18 años. Cerca de la mitad de los niños y niñas maltratados atendidos en el Hospital del Niño han sido víctimas de abusos sexuales.

Solamente en el 2002 se registraron 960 casos de maltratos o abusos sexuales. En el 2003 la Policía Técnica Judicial (PTJ) documentó 357 violaciones sexuales de niñas y adolescentes. De esos casos el mayor número se registró en Panamá, Coclé y San Miguelito.

POSIBLES SOLUCIONES

  1. La ejecución de la novedosa legislación en materia de familia.

  2. Prevención, es imprescindible que a los menores en la escuela se les enseñe e inculque el valor de los derechos del niño.

  3. Concienciación social o comunitaria.

  4. Creación de grupos de apoyo a maltratadores y maltratados.

 

 

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